¿Comes por placer o por bienestar? Conoce las diferencias y transforma tus hábitos alimentarios

Es importante comprender las diferencias entre comer por placer y comer por bienestar, ya que esto puede ayudarnos a cambiar nuestros hábitos y encontrar un equilibrio saludable. 

 

Si bien la alimentación es una parte esencial de nuestras vidas, sabemos que más allá de satisfacer nuestras necesidades básicas de supervivencia, la comida también se ha convertido en fuente de placer y satisfacción. 

Así que en este artículo, exploraremos las distintas características de cada enfoque (placer/bienestar) y cómo pueden afectar nuestra vida diaria.

  • El placer, aunque agradable, tiende a ser efímero. Cuando comemos por placer, buscamos experimentar sensaciones gustativas intensas y satisfacer nuestros antojos momentáneos. Un trozo de pastel decadente o unas papas fritas crujientes pueden brindarnos un placer instantáneo, pero su efecto es temporal. Después de disfrutar esos sabores deliciosos, el sentimiento de satisfacción se desvanece rápidamente, dejándonos con ganas de más. En contraste, el bienestar y la felicidad relacionados con la alimentación no se basan en satisfacer antojos fugaces, sino en la búsqueda de una alimentación equilibrada y saludable que nutra nuestro cuerpo y mente a largo plazo.

 

  • El placer a menudo se asocia con el consumo de alimentos que contienen sustancias que pueden generar dependencia. Por ejemplo, los alimentos altos en azúcares refinados o grasas saturadas pueden activar centros de recompensa en nuestro cerebro, liberando dopamina y brindando una sensación de gratificación inmediata. Sin embargo, este tipo de placer basado en sustancias puede llevar a una relación poco saludable con la comida, ya que podemos llegar a sentir una necesidad constante de consumir estos alimentos adictivos. En cambio, el bienestar alimentario no se basa en la dependencia de sustancias, sino en elegir alimentos nutritivos que promuevan una buena salud en general.

 

  • El entorno social también juega un papel importante en cómo nos relacionamos con la comida. El placer suele asociarse con una experiencia individual y solitaria. Puede implicar comer en exceso en secreto o disfrutar de alimentos indulgentes sin compartirlos con otros. Por el contrario, el bienestar y la felicidad en relación con la alimentación se encuentran más en la conexión con los demás. Compartir una comida saludable y sabrosa con amigos o seres queridos puede generar una sensación de satisfacción duradera y fortalecer los lazos sociales.

 

  • Otra diferencia clave radica en cómo concebimos la comida en términos de recibir o dar. El placer se toma, se busca y se consume para satisfacer nuestros deseos individuales. Es una experiencia egoísta en la que ponemos nuestras necesidades y deseos en primer plano. Por otro lado, el bienestar alimentario implica dar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar correctamente. Aquí, la alimentación se considera una forma de cuidado personal y autocompasión, donde nos damos a nosotros mismos lo mejor para nuestro bienestar físico y emocional.

 

  • Es importante destacar que el placer puede generar adicción. Cuando nos acostumbramos a buscar constantemente el placer a través de la comida, podemos desarrollar dependencia y una relación poco saludable con ella. En contraste, el bienestar alimentario no tiene la misma tendencia a generar adicción, ya que se basa en una alimentación equilibrada y consciente que no está impulsada por antojos compulsivos.

 

  • Por último, los efectos químicos que tienen el placer y el bienestar en nuestro cuerpo también son diferentes. El placer está asociado con la liberación de dopamina, una sustancia química en el cerebro que nos brinda una sensación de recompensa y placer instantáneo. Sin embargo, la liberación constante de dopamina puede tener efectos negativos en nuestra salud, como el desarrollo de resistencia a la dopamina o desequilibrios en nuestro sistema de recompensa. Por otro lado, el bienestar se relaciona con la liberación de serotonina, un neurotransmisor asociado con la estabilidad emocional y la sensación de bienestar duradero.

Comer por placer y comer por bienestar son dos enfoques distintos hacia la alimentación. 

El placer es fugaz, basado en sustancias y puede generar adicción, mientras que el bienestar es duradero, no depende de sustancias y está más centrado en el cuidado de nuestro cuerpo y mente. 

Al comprender estas diferencias, podemos cambiar nuestros hábitos alimentarios y encontrar un equilibrio saludable que nos permita disfrutar de la comida de manera consciente y nutritiva. 

Recuerda que la dependencia de la comida puede llevar a la infelicidad, mientras que elegir alimentos que promuevan nuestro bienestar nos acerca a una vida más plena y satisfactoria.

¿Cómo es tu relación con la comida, por placer o bienestar? Me encantará saber más, escríbeme.

Con cariño,

Mireia Anglada

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