En las últimas entradas hablo de cómo tenemos una tendencia a evitar el dolor, aunque a veces las formas de evitarlo nos generan más dolor. Por eso hoy quiero hacer énfasis en la importancia de mirarnos con COMPASIÓN.
Cuando estamos en un ciclo que produce la sensación de estancamiento, es normal encontrarnos buscando formas de aliviar esa sensación de frustración (en su mayoría con comida poco saludable). Al observarnos, podemos darnos cuenta si son efectivas y voluntarias, o si son ‘soluciones’ inconscientes que tapan de forma ‘rápida’ pero fugaz ese malestar.
Si este es el caso, creamos excusas perfectas, que disfrazamos de obligación o de asuntos que aparentan estar fuera de nuestro alcance, para poder justificar que no tenemos cómo cambiar, y así, seguir en ese círculo de frustración y satisfacción efímera que nos llena de más culpa.
En estas situaciones es fundamental tenernos COMPASIÓN para no hacernos más daño, y cuidando sobre todo, no entrar al lugar de víctima, porque ¡Hay soluciones! Y lo mejor es que están presentes en nuestra propia cotidianidad.
Pero también reconozco que no es fácil si no es lo habitual. Si en nuestro discurso interno (nuestros pensamientos) estamos familiarizados con recriminaciones y juicios severos (porque algunas personas tienden a ser su mayor verdugo), tenernos compasión será un gran reto. Por eso te invito que lo comiences a practicar con paciencia, con calma pero como todo lo que te propongo, con mucha constancia.
Cuando te descubras recriminándote sin compasión, detente, respira, y piensa que estás hablando a tu niña o niño interior. Esto puede facilitarte el cambio en el lenguaje y en la severidad de los reproches, evitando entrar en esa rueda de hámster que no tiene fin, y que lo único que hace es prolongar el sufrimiento y postergar la tranquilidad.
No importa cuantas veces lo intentes, lo que importa es que lo sigas intentando.
Las personas que se hablan con compasión, tienen muchas más herramientas y van desarrollando muchas más habilidades y una predisposición positiva al avance, al progreso en las metas propuestas. Lo veo todo el tiempo en mis consultantes, y sólo es posible una vez la persona toma la decisión consciente de poner de su parte para dar un paso a la vez, al elegir cambiar y mejorar.
Y sí, ya sé que elegir tampoco es fácil para muchas personas, sobre todo porque elegir también implica renunciar, perder algo. Puede sonar mal, pero lo estamos haciendo todo el tiempo, y está bien, es necesario.Cuando decidimos cambiar algo que reconocemos nos está haciendo más daño que beneficio, debemos aceptar que estamos haciendo espacio para que pueda entrar algo nuevo que nos hará bien.
En palabras es romántico, en hechos puede ser doloroso. Por eso en este video puedes ver más estrategias simples pero efectivas, para que consigas tus objetivos de manera más realista y realizable.
Si sientes que requieres un acompañamiento cercano para comenzar a avanzar en tu cambio de vida, si sabes que la alimentación puede ser esa puerta que se abrirá para enseñarte nuevos escenarios por explorar, avanzar y crecer, aquí estoy disponible para ser esa guía con mis sesiones de coaching o con Serenity, un programa completo de apertura de consciencia y transformación personal desde la alimentación.
Cuéntame ¿Qué estás intentando cambiar?
Gracias Por leerme,
Mireia.