La respuesta es clara: sí, los sentidos intervienen en tus hábitos de compra.
Nuestros sentidos se hicieron para sobrevivir, pero hoy en día son estudiados para conducirnos a elecciones de compra.
Algo que podemos relacionar con el Neuromarketing Sensorial, que mide las reacciones del organismo ante estímulos externos.
Y es que todo lo que percibimos desencadena una reacción física: si algo nos emociona es posible que nuestra piel se ponga de gallina, si algo nos interesa lo miramos insistentemente, si algo nos divierte cambiamos la expresión de nuestro rostro y si algo nos motiva hará que se activen determinadas áreas de nuestro cerebro.
Y en nuestras reacciones, los sentidos juegan un papel muy importante.
Todos los sentidos, menos el olfato, pasan por el tálamo. Y eso pasa a la corteza prefrontal y se razona, de manera que tú puedes elegir si comprar o no un producto en base a ese sentido. En cambio, el olfato pasa por un sistema emocional, y por eso muchas veces podemos comprar algo simplemente por su olor. Porque nos lleva a un recuerdo, por ejemplo.
Por eso existe el marketing sensorial, que crea experiencias y emociones a través de los cinco sentidos con una finalidad comercial. Su objetivo es que el proceso de compra se convierta en una experiencia agradable y que sea recordada apelando al oído, la vista, el tacto, el gusto o el olfato, ya que los sentidos interfieren en tu compra de manera totalmente inconsciente.
Por eso muchas veces compramos y pensamos, ¿Por qué lo he comprado? Y la razón es que tus sentidos te han incitado a hacerlo.
Recuerda siempre que el conocimiento es responsabilidad.
Te lo cuento todo en uno de mis últimos posts de Instagram. >>
Un abrazo,
Mireia