Te voy a contar algo que te va a encantar…
Hay una parte de nuestro cerebro que es consciente y otra que es inconsciente en la toma de decisiones.
Si nos basamos en la teoría del cerebro Triuno, la cual responde a una clasificación fundamentada en la evolución del ser humano como especie, podemos categorizar nuestro cerebro de la siguiente manera:
Cerebro reptiliano: Se considera la parte encargada de las funciones más básicas, donde se encuentran nuestros instintos y nuestro modo de supervivencia. Se caracteriza por la impulsividad, sin evaluar las consecuencias.
¿Alguna vez te has enfadado por estar en un atasco o por que alguien te quitó un trozo de comida? Ese es nuestro cerebro reptiliano en toda su expresión.
Cerebro límbico: Esta es nuestra parte emocional, nos ayuda a ser empáticos en las distintas experiencias que vivimos.
El problema surge cuando sentimentalizamos nuestras emociones, porque las emociones son buenas. No obstante, ¿eres celoso?, ¿eres dependiente?, ese es nuestro cerebro límbico actuando en el día a día.
Neocórtex: Se encarga de nuestra parte cognitiva como el razonamiento y el lenguaje, nos permite entender el pasado y planificar el futuro.
Pero, ¿qué sucede con un exceso de futuro? Potenciamos nuestra ansiedad ante panoramas que aún no han sucedido.
Por ende, equilibrar nuestro cerebro triuno nos ayudará a balancear nuestra toma de decisiones. Vivir solamente en nuestra parte reptiliana nos llevará a tomar decisiones sin tener en cuenta las consecuencias, pero al volvernos conscientes podemos experimentar grandes cambios.
Recuerda: “El conocimiento es responsabilidad”
